Debemos darle nuestro reconocimiento y admiración, a todas aquellas mujeres; que día a día con su participación en la casa, el trabajo, con su familia y en la sociedad, demuestran que tienen la fuerza, decisión y carácter para construir un México mejor e igualitario para todas y todos nosotros.
Las mujeres de todas las edades tenemos derecho a recibir educación que no sea discriminatoria y que promueva los valores de solidaridad, equidad y respeto.
Tenemos derecho a alcanzar niveles educativos cada vez más altos y recibir capacitación que permita ampliar nuestras posibilidades de desarrollo laboral.
En el marco del 8 de marzo, durante este mes debemos reflexionar sobre los logros alcanzados y los retos que todavía muchas mujeres tenemos frente a nosotras.
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